La situación económica por la que esta atravesando nuestro país, ha disparado las ofertas de implantes dentales y de tratamientos odontológicos a bajo precio, o el “low cost”. Esta competencia de precios ha podido ser positiva en algunos casos de la vida cotidiana de los ciudadanos. Ahora bien, en el campo de la medicina y más concretamente en el campo de la implantología dental no deberíamos poder permitirnos disminuir la calidad asistencial. El “low cost” deshumaniza la medicina, convirtiéndola en un mero asunto comercial, donde no existen pacientes sino clientes.