Las fracturas de mandíbula, tras las nasales son las más frecuentes dentro de la traumatología facial. El tratamiento de las fracturas faciales, y por tanto las fracturas mandibulares son urgencias médicas, pero no emergencias, por lo que en ocasiones el diferir 24-48h la cirugía de la fractura no implicará problemas, y sobre todo si existen otras lesiones mas graves asociadas.
Se clasifican según su localización. Son más frecuentes en el varón, hacia la tercera decada de la vida. La principal causa on los accidentes de tráfico seguido por las agresiones, traumatismos deportivos y accidentes. Por lo general, los accidentes de tráfico suelen producir fracturas múltiples complejas y las agresiones fracturas simples no desplazadas.
Hay que prestar atención en el mecanismo de producción, ya que determina el tipo de fractura. Un traumatismo directo en el mentón puede producir una fractura de ambos cóndilos mandibulares. En la exploración clínica podemos observar una maloclusión o alteración de la oclusión previa, edema y dolor. Las fracturas mandibulares pueden cursar con hipoestesia del nervio dentario, aunque las fracturas no desplazadas pueden no dar alteraciones del nervio dentario. A parte de la exploración clínica, el escáner es la prueba radiológica que confirma el diagnóstico.
El objetivo en el tratamiento de las fracturas de mandíbula es restaurar la función y para ello es importante reducir la fractura y restaurar la oclusión. Las fracturas no desplazadas permitirán el tratamiento conservador, mientras que las fracturas desplazadas necesitaran ser reducidas y fijadas mediante placas y tornillos hasta su curación, así como controlar la infección. Las fracturas en edad infantil, por lo general serán tratadas mediante tratamiento conservador, es decir cobertura antibiótica, bloqueo intermaxilar no más de dos semanas y fisioterapia precoz.
Me ha gustado Maxilolarioja Blog. Saludos. Dr. Hernández Altemir
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