lunes, 27 de febrero de 2012

Tratamiento ortodóncico-quirúrgico en las disarmonías dentofaciales



Cuando hablamos de  maloclusión nos queremos referir al mal alineamiento de los dientes o a la forma en  que los dientes superiores e inferiores encajan entre sí. El 95% de la población tenemos algún grado de maloclusión, ahora bien, en un gran porcentaje de las veces no es necesario tratamiento.  Sin embargo, alrededor del 30% la población posee alteraciones o alineamientos dentales incorrectos que suelen requerir tratamiento. Estos pacientes consultan generalmente con el ortodoncista, y la mayoría de las veces durante la adolescencia. En el tratamiento de la maloclusión el ortodoncista se convierte en el primer profesional que valora esta patología.

La maloclusión dentaria puede ser desde leve a severa. Los casos  de maloclusión dentaria severa suelen producirse por una alteración en el desarrollo, que se  produce en las etapas de crecimiento del paciente, llegando a estabilizarse a acabar el crecimiento. Estas maloclusiones dentarias producen deformidades faciales, en donde cualquier hueso de la cara puede verse involucrado como por ejemplo el maxilar, la mandíbula, la nariz, el mentón o la nariz.

El tratamiento de la maloclusión dentaria dependerá de su severidad, puede consistir en ortopedia y/o ortodoncia o en un tratamiento combinado mediante ortodoncia y cirugía, en aquellos casos donde la discrepancia entre la mandíbula y el maxilar superior no solo sea de causa dental, sino de causa esquelética, es decir se produce una verdadera deformidad o disarmonía facial y será necesaria la cirugía para conseguir mover los huesos maxilares, y llegar a un resultado tanto funcional como estético óptimo.

Esta cirugía se conoce como cirugía ortognática, la cual es realizada por cirujanos orales y maxilofaciales. El objetivo de esta cirugía es colocar los huesos faciales y los dientes en su posición correcta cuando estos se encuentra alterados, mejorando la estética de la cara y manteniendo una oclusión óptima. 

Hace un año, fue creada en el Hospital Viamed los Manzanos, la primera unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial (Maxilofacial La Rioja) en La Rioja, donde son realizados estos tratamientos. En los últimos años las intervenciones de cirugía ortognática han evolucionado considerablemente, lo que ha permitido que incluso casos de disarmonías leves se sometan a cirugía ortognática con un un riesgo beneficio muy favorable. La mayoría de los pacientes abandonan la Clínica en 24-72 horas y pueden volver a su vida normal  a los 15 días.

En la ortodoncia tradicional  la posición de los dientes era el principal problema, con lo que su solución estaba enfocada a resolver apiñamientos, desniveles o inclinaciones dentales. Con el paso del tiempo ha ido ganando más importancia el aspecto estético. La estética dental forma parte de un conjunto más amplio, el de la estética facial. Por ejemplo la posición de los dientes afecta en gran medida a  la forma de los labios o a la del mentón.

Esto nos lleva a la necesidad de profundizar en el análisis de la configuración facial total, con el propósito de lograr un diagnóstico correcto que sirva para planificar el mejor tratamiento posible.

En muchas ocasiones los pacientes atribuyen su problema estético a la posición incorrecta de sus dientes, sin embargo, en un gran número de los casos esto sólo es la punta del iceberg. 

Por ejemplo es frecuente que los pacientes consulten por un problema de verse los dientes superiores “hacia adelante”, cuando en realidad el mayor problema se encuentra en una mandíbula pequeña. Otros pacientes consultan por notarse el mentón muy grande ( prognatismo) sin embargo en muchos casos, el problema no reside en una mandíbula grande, sino en un maxilar superior atrófico o poco desarrollado. Otro caso notablemente frecuente es aquel que el paciente relata que su problema es la imposibilidad de cortar los alimentos con sus incisivos, sin llegar a comprender o imaginar que su problema es un trastorno vertical debido a alteraciones óseas faciales que al igual que los otros casos no será suficiente con un tratamiento ortodóncico.

Dentro de la gran variedad de pacientes que acuden al ortodoncista podemos diferenciar de una forma didáctica tres grandes grupos.

Las maloclusiones puras dentales son el primer grupo de pacientes, donde el problema solo reside en la posición dental, por lo que no ofrecen dificultades en el tratamiento. En general el problema estético solo implica la región labial o peribucal por lo que  es solucionable con la colocación de los dientes en su posición óptima. De todas formas es necesario realizar un diagnóstico diferencial como base de la medicina, ya que hay que tener en cuenta que la configuración labial no solo puede ser responsabilidad de la posición dental sino que existen otras factores a tener en cuenta como por ejemplo el espesor, la tonicidad o la longitud labial.

Los pacientes con discrepancias dentoesqueléticas moderadas son el segundo grupo, donde el problema no solo reside en el posicionamiento del diente sino de las estructuras faciales, sobre todo el maxilar superior y la mandíbula. En este grupo de pacientes, indudablemente el mejor tratamiento será el ortodóncico-quirúrgico, si bien es posible realizar maniobras ortodóncicas de camuflaje o tratamientos ortodóncicos de compensación. 

En el segundo grupo de pacientes los tratamientos ortodóncicos ofrecen mayores dificultades técnicas siendo capaces de solucionar el problema funcional y de estética dental  pero no los compromisos estéticos faciales de estas discrepancias.  Este grupo es donde el profesional cualificado se pregunta que  tratamiento sería el mas conveniente a realizar. Se deben conocer que objetivos se lograrán y cuales no, así como la motivación y expectativas del paciente ante su tratamiento. Sin embargo es importante  que será necesario utilizar todos los medios al alcance de los ortodoncistas y cirujanos maxilofaciales que posibiliten ver con claridad el problema y ser partícipe de la elección de la opción más apropiada, por que no en pocas ocasiones el deseo del paciente puede no estar claro del todo, o ser expresado de una forma algo difusa. 

Por otro lado, la elección del tratamiento en estos pacientes también puede verse  influenciado, por si solo, por el ortodoncista, ya que puede tener diferentes actitudes en cuanto a la cirugía ortognática, debido al mayor o menor conocimiento de este campo, o en otros casos no disponer de un equipo multidisciplinario. Ante todo esto, el clínico debe ser capaz de proporcionar al paciente todas las alternativas posibles, desde la ideal hasta la meramente paliativa.

Por último, los pacientes con discrepancias severas son el tercer grupo, con sus respectivos compromisos estéticos importantes. Donde el tratamiento correcto será sin duda el ortodóncico-quirúrgico. En estos casos un tratamiento ortodóncico exclusivo solo conseguirá comprometer y empeorar una posible solución futura  de la deformidad facial en estos pacientes. Para el diagnóstico y el estudio de la planificación de estos pacientes es fundamental realizar un análisis facial, donde se requerirán varios registros como la exploración clínica, fotografías, el escáner 3D y las grabaciones en video. 


La comunicación ortodoncista-cirujano es fundamental para un buen tratamiento, ya que se trata de un tratamiento multidisciplinar, donde los movimientos dentales son realizados por el ortodoncista, pero siempre teniendo en cuenta la cirugía que se realizará en el futuro por el cirujano maxilofacial. Por ejemplo, la falta de comunicación puede llevar a la realización movimientos en la inclinación de los dientes que puedan comprometer la técnica quirúrgica. El desconocimiento de las técnicas básicas de  ortodoncia por parte del cirujano, así como el desconocimiento de las técnicas básicas en  cirugía ortognática por parte del ortodoncista pueden llevar a resultados insatisfactorios. 

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